La construcción del primer edificio de la nueva plaza, la Casa de la Panadería, empezaría en 1590 a cargo de Diego Sillero, en el solar de la antigua lonja. En 1617, Felipe III, encargó la finalización de las proyectos a Juan Gómez de Mora, quien concluirá la plaza en 1619. La escultura fue un regalo del Gran Duque de Toscana a Felipe III, mandada crear a Juan de Bolonia en Florencia y terminada por su discípulo Pietro Tacca. Como modelo utilizaron el retrato del monarca español pintado por Juan Pantoja de la Cruz, retratista de la Corte. La escultura de Felipe III, situada en el centro de la Plaza Mayor que él mismo ordenó crear, es una obra conjunta del escultor italiano Juan de Bolonia y su discípulo Pietro Tacca, en 1616.
Tras múltiples emplazamientos, la escultura fue trasladada en 1843, bajo el reinado de Isabel II, desde el Parque de El Retiro hasta su ubicación actual, así como rezan las dos placas de mármol de su pedestal. Es entonces en el momento en que se completó el conjunto con 2 bajorrelieves situados en la base de la estatua que representan, por un lado, a Felipe IV condecorando a Velázquez con la Cruz de Santiago y, por otro, una alegoría que se refiere a la protección de las artes por la parte del monarca. Completan la obra dos fuentes de grandes conchas y una figura que representa un río, tal como cuatro leones de bronce. En el centro de los jardines de la plaza de Oriente se encuentra este grupo escultórico iniciado en el siglo XVII y que se dedica al rey Felipe IV. La escultura principal, realizada en bronce, representa al monarca a caballo en una bien difícil composición del florentino Pedro Tacca. En el momento en que Tacca envió a España el primer modelo en barro de la estatua para su aprobación por el monarca, este no dio su visto bueno a la cabeza, pues no hallaba semejante con su rostro. Esta finalmente fue realizada por Ferdinando Tacca, hijo del escultor italiano, lo que puede explicar su menor calidad con respecto al resto de la obra.
Este escultor manierista de origen flamenco, educado en Amberes y posteriormente en Roma, admirador de la obra de Miguel Ángel, es figura clave para comprender el resurgir de la estatua ecuestre monumental. Su interés por el caballo le llevó, desde el inicio de su trayectoria en Florencia, a modelar una secuencia de pequeños bronces en colaboración con Antonio Susini, en los que definió un género de animal de noble porte caminando al paso, con cuello encorvado y cabeza de perfil clásico. Durante años exploró en ellos variantes de rango menor que afectaban más que nada a las crines y la cola. La excepcional cabeza de caballo romana incorporada en 1585 a la compilación Médicis le sirvió de modelo e inspiración.
En esta localización continuó hasta el momento en que en 1846 el escritor Mesonero Romanos, siendo concejal del Ayuntamiento de La capital española, ha propuesto a la Casa Real su traslado a la Plaza Mayor, por ser esta terminada bajo el orden de rey piadoso. De día la Plaza Mayor es un hervidero de gente donde se mezclan los oriundos de la ciudad más importante con los turistas que de año en año acuden a La capital española impulsados por enormes obras de hace cientos y cientos de años, como esta misma plaza. La plaza mayor de La capital de españa, con la estatua ecuestre de Felipe III en el centro (fue colocada allí en 1848) y la Casa de la Panadería al fondo. Cuando cae el sol las luces de los locales iluminan los arcos del primer piso de la plaza. Promovió la reforma agraria, la minería, la industria y el comercio, incrementándose a lo largo de su reinado las instalaciones fabriles y el avance de la actividad de los puertos navales.
Esculturas De La Capital Española
El encargo del monumento a Cosme I significó, en cuanto a la figura del caballo, un simple cambio de escala, aplicando los desenlaces de su estudio. El éxito de este monumento, colocado sobre un pedestal en la plaza de la Signoría de Florencia en 1594, propició una serie de pedidos similares para los que el adulto mayor Giambologna recurrió como colaborador a su acólito Pietro Tacca. El emperador Rodolfo I fue uno de los primeros interesados en tener su propio monumento ecuestre, pero el proyecto no pasó de la etapa de modelo. El retrato del Enorme duque Fernando I de Médicis, encargado por el propio personaje hacia 1600, fue modelado en 1602 y colado con ayuda de Tacca entre 1602 y 1607.
Los escritos dicen que fue un regalo del entonces Gran Duque de Florencia, asentada inicialmente en la Casa de Campo. La escultura de Felipe III fue realizada en Florencia por las manos de Juan de Bolonia que hizo el vaciado en bronce y por Pietro Tacca que efectuó los remates por encargo del enorme duque de Florencia, Cosme de Médicis, que la ofreció como regalo al rey español. En sus lados septentrional y meridional integra dos bajorrelieves, completados por Tomás. Uno de ellos representa al monarca imponiendo a Velázquez el hábito de la Orden de Santiago y el otro es una alegoría de la protección otorgada por el rey a las artes y letras. La estatua de Felipe III ha continuado desde ese momento en el elemento clave de la Plaza Mayor. Con la salvedad de los catorce meses que estuvo en el Parque del Retiro para no sufrir las proyectos de construcción del aparcamiento subterráneo de la plaza entre 1970 y 1971.
La base, llevada a cabo en piedra de granito, está protegida por 4 leones de bronce, situados en situación de reposo en cada esquina. Un bloque cuadrado, preparado oblicuamente con relación a el pedestal, les sirve de asiento. A lo largo de algunos años funcionó a modo de parque, con árboles y fuentes. De esos balcones, los de la Casa de la Panadería fueron usados anteriormente por los reyes para observar las corridas de toros que allí se celebraban.
Por eso se supo que varios gorriones curiosos, a lo largo de mucho más de 300 años, habían entrado en la escultura hueca y luego no fueron capaces de salir con lo que terminaron muriendo en su interior. La estatua de Felipe III representa al monarca montando su caballo, con la cabeza descubierta. Y con la izquierda sujeta las riendas del caballo, cuya pata delantera izquierda está levantada para dar sensación de movimiento. Los daños del atentado fueron subsanados y se selló la boca del caballo.
Hablamos de una escultura ecuestre, de esas que abundan en Madrid, erigida en homenaje a un monarca que tuvo poco de jinete o de militar. Si por algo resalta el recuerdo de Felipe III es exactamente por organizar la finalización de la Plaza Mayor. Es allí donde los visitantes se paran a contemplar el conjunto arquitectónico del siglo XVII. Y también donde los madrileños se reúnen en uno de sus puntos de encuentro favoritos. Desde sus comienzos, la plaza Mayor tuvo asimismo una intensa vida popular y cultural y fue el marco de festejos diversos.
En Las Artes[editar]
La escultura ha continuado desde entonces en la Plaza Mayor, salvo en un periodo corto hacia 1970, en el momento en que fue por un tiempo retirada por la construcción de un aparcamiento subterráneo. Pedro Tacca realizó la estatua siguiendo un diseño de Velázquez y con el consejos científico de Galileo Galilei para asegurar su seguridad. Una cuestión espinosa en esta obra puesto que fue la primera en el mundo sostenida sobre las dos patas traseras del caballo y disimuladamente sobre la cola. La estatua se hizo de esta manera porque Felipe IV deseaba tener una escultura mejor que la de su padre Felipe III en la Plaza Mayor, por ese fundamento se diseñó una escultura del rey sobre un caballo sobre 2 patas, algo inédito hasta la fecha. Diversas fuentes documentales y restos arqueológicos de la Antigüedad clásica testimonian la presencia frecuente en las ciudades de retratos hípicos completados en bronce, denominados en Roma “equi magni”, erigidos con objetivos conmemorativos o propagandísticos. En la localidad imperial hubo más de veinte de manera simultánea, pero el valor del bronce como materia prima reciclable hizo desaparecer ya en temporada remota la mayoría de ellos.
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Monumento A Felipe Iv
Además de esto es un espacio muy utilizado para festivales, como los recitales que se ofrecen de forma gratuita para los madrileños a lo largo de las fiestas de san Isidro. Todos y cada uno de los meses de diciembre, se celebra el clásico mercado navideño, costumbre que sigue vigente desde el año 1860. Asimismo se instala todos cada domingo y festivos por la mañana el mercado de filatelia y numismática. En 1880, se restauró la Casa del Pan; Joaquín María de la Vega se encargó del emprendimiento. En 1935 se efectuó otra reforma, llevada a cabo por Fernando García de Mercadal. En la década de 1960 se acometió una restauración general, que la cerró al tráfico rodado, sustituyó la teja árabe de los tejados por pizarra y habilitó un estacionamiento subterráneo bajo la plaza.
Alguien ingresó por la boca del caballo un pequeño aparato explosivo que logró reventar la panza del animal. Su padre, Felipe II, decidió que la Villa madrileña se transformara en 1561 en capital del reino, hasta el momento itinerante. El duque de Lerma procuró cambiar la capitalidad a Valladolid y lo logró a lo largo de cinco años. Pero las condiciones no eran del gusto de la Corte, que deseó regresar a La capital española en 1606. De esta manera fueron las cosas hasta que Felipe II, con las arcas bastante vacías, decidió llevar a cabo de La capital de españa la sede de la corte en 1561. Para terminar con la “evasión fiscal” del mercado del Arrabal, derribó la vieja muralla medieval, incluyó aquel espacio en la localidad y ¡todos a pagar!
Abra su fichero de imagen en tamaño terminado a través de un programa de procesamiento de imágenes. En 1812, cumpliendo el decreto que disponía que todas y cada una la plazas mayores de España pasaran a nombrarse «plaza de la Constitución», cambió de nombre, pero solo duraría hasta 1814, año en que pasó a llamarse «plaza Real». Recuperó el nombre de «plaza de la Constitución» en los períodos de 1820 a 1823, de 1833 a 1835 y de 1840 a 1843. Se llamó «plaza del Arrabal» en el momento en que, de estar fuera del recinto amurallado medieval, pasó a constituir el centro de los nuevos distritos conformados por el ensanchamiento de la villa hacia el este a lo largo del reinado de Juan II de Castilla, llamados «el Arrabal». El nombre de la plaza ha variado durante la historia, del primigenio nombre de «plaza del Arrabal» pasó a nombrarse «plaza Mayor». Pero su obra mucho más habitual fué quizá la Plaza Mayor, iniciada durante el reinado de su padre.
El flamenco llegó a modelar el caballo, pero falleció antes de efectuar la figura real, que puede atribuirse a Pietro Tacca siguiendo un retrato realizado por Juan Pantoja de la Cruz. Felipe III ocupó el trono de España y Portugal desde 1598 hasta su fallecimiento en 1621. Trasladó la capital de sus estados a Valladolid en 1601, devolviéndola a La capital de españa en 1606. Durante su reinado se firmó con los Países Bajos el tratado de paz popular como la Tregua de los Doce Años, que supuso el reconocimiento oficial de Holanda. Desde la perspectiva de la actividad edificatoria, fomentó la construcción en La capital de españa del Monasterio de la Encarnación en 1611 y de la Plaza Mayor en 1617, aparte de otras construcciones de carácter espiritual. El retrato ecuestre del rey Felipe III prosigue la línea de los bronces anteriores realizados por Giambologna en lo que se refiere a la postura del caballo, correspondiendo al modelo ya experimentado de crines largas, pata frontal alzada y cuello encorvado.