Hay documentos y pruebas arqueológicas de que los vikingos ya habían llegado a Norteamérica siglos antes. España, Portugal y otros reinos europeos se vieron obligados a hallar otro camino para llegar hasta allí. Los portugueses hallaron una vía opción alternativa bordeando la costa africana hacia el sur (Vasco da Gama llegó al océano Índico por el cabo de Buena Promesa en 1498).